jueves, 16 de febrero de 2012

Alicia en el país de las maravillas

CEPAL, Economía

Alicia en el país de las maravillas

Recomendar el fracasado modelo cubano como fórmula para resolver las
desigualdades de América Latina y el Caribe constituye un absurdo

Oscar Espinosa Chepe, La Habana | 16/02/2012

"El modelo cubano ya no funciona ni para nosotros."
Fidel Castro[1]

Nadie se inquiete. No pretendemos hacer un artículo sobre la valiosa
obra de Lewis Carroll, pero sí resaltar sus puntos de contacto con la
reciente visita a La Habana de la Dra. Alicia Bárcena, secretaria
ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL). A todas luces, al igual que la protagonista de la obra, la
funcionaria de Naciones Unidas y economista mexicana se quedó adormecida
en el mundo de las ilusiones durante su estancia caribeña, invirtiendo
las reglas lógicas e imaginando lo inexistente.

De forma sorprendente, en una conferencia impartida en el Aula Magna de
la Universidad de La Habana, a donde el régimen invita a personalidades
muy escogidas, la Dra. Bárcena manifestó que los países latinoamericanos
tienen que aprender mucho de Cuba sobre las políticas para reducir las
desigualdades, según reseñó Granma, diario oficial del Partido
Comunista, el 7 de febrero. Realmente es difícil discernir como llegó a
esa conclusión, si las autoridades cubanos no brindan datos a CEPAL ni a
otro organismo internacional sobre los niveles de pobreza e indigencia
en la población cubana. Mucho menos ha informado el Coeficiente de GINI
de Cuba, valioso indicador usado para medir el grado en que la
distribución de los ingresos (o del consumo) entre individuos u hogares
de un país se desvía con respecto a una distribución en condiciones de
perfecta igualdad, teniendo las autoridades cubanas todas las
condiciones para brindar ese dato debido a su absoluto control sobre la
economía y la sociedad.

Parece que la ilustre visitante no fue informada que el nivel del
salario medio y las pensiones medias mensuales equivalen a 18,32 y 10,20
USD, respectivamente, al cierre de 2011. El salario medio mensual real,
tomadas en consideración las tasas de inflación de los distintos años,
representó en 2011 menos del 30 % del nivel existente en 1989, según
cálculos realizados por académicos cubanos residentes en la Isla, cuyas
estimaciones coinciden plenamente con los efectuados por Carmelo
Mesa-Lago, profesor emérito de la Universidad de Pittsburg, de indudable
prestigio internacional y, entre otras cosas, colaborador de CEPAL.
Incluso el presidente Raúl Castro reconoció en su discurso del 26 de
julio de 2007 que en Cuba "…el salario aún es claramente insuficiente
para satisfacer todas las necesidades…". Mientras, en diciembre de 2010
al analizar la economía, reconoció que nos encontramos "…al borde del
precipicio".

Ciertamente la desigualdad existente en la mayoría de los países de
América Latina y el Caribe resulta inaceptable, y podría concordarse en
que se debe en gran medida, como la Dra. Bárcena expresó, a que "el
modelo basado solamente en el mercado lleva a una mayor desigualdad". No
obstante, ir al otro extremo para concluir que todo debe ser estatizado
como sucede en Cuba, y recomendar el fracasado modelo cubano como
fórmula para resolver las desigualdades de América Latina y el Caribe
constituye un absurdo. Habría que preguntarse si los latinoamericanos
desean que se les aplique un racionamiento que cumple 50 años el próximo
12 de marzo, entre cuyas bondades se encuentra que a los niños al
cumplir 7 años se les deja de vender el litro de leche que les
corresponde, y vender a los adultos al mes 230 gramos de picadillo
mezclado con soya y 230 gramos de aceite comestible. Menos les gustará
adquirir solo 11 onzas de pescado sin cabeza o una libra con cabeza y un
sobre de 115 gramos de café mezclado con chícharos, también
mensualmente. Son apenas unos ejemplos.

Por supuesto podría responderse que los productos son además adquiribles
en el mercado libre, lo cual es cierto, pero siempre y cuando se posea
moneda convertible para comprar en las tiendas de venta en divisas del
Gobierno, moneda que no reciben los trabajadores a través de sus
salarios, pagados en el depreciado peso cubano. Así, un kilogramo de
leche en polvo cuesta 5,25 USD, equivalente al 29 % del salario medio
mensual (SMM), o un litro de aceite comestible a 2,40 USD, el 13 %; 500
gramos de picadillo de res de segunda clase a 2,55 USD, el 14 %; 250
gramos del añorado café puro cubano a 3,45 USD, el 19 %, y muchos otros
artículos básicos. Todo eso requiere tener FE (familia en el exterior
que envíe remesas), ser un ciudadano obediente que pueda lograr una
plaza en el turismo o en alguna firma extranjera, trabajar arduamente en
el incipiente cuentapropismo, o vivir en la ilegalidad mediante
operaciones en el mercado negro, u otras cosas peores.

Puede imaginarse la respuesta que darían los ciudadanos latinoamericanos
y caribeños, si conocieran que en sus países existe un plan para
despedir alrededor del 25 % de los trabajadores como sucede en Cuba,
donde está en proceso "la reubicación" de 1,3 millón de personas. Quizás
la visión idílica de la Dra. Bárcena se haya forjado leyendo las
estadísticas oficiales cubanas, donde las tasas de desempleo no han
sobrepasado el 2,5 % en los últimos años. Dato tan falso —como otros
muchos de las estadísticas oficiales— que cualquier persona común puede
rechazar tan solo con andar por las calles y plazas del país para
observar gran cantidad de jóvenes deambulando a cualquier hora. Incluso
CEPAL, en el libro La Economía Cubana. Reformas Estructurales y
Desempeño en los 90 situaba en 6,6 % la tasa de desempleo en 1998, y
ubicaba la tasa de desempleo equivalente en 25,1 %. Una situación que no
debe haber variado sustancialmente, confirmada con el gigantesco
proyecto gubernamental de despidos masivos.

Tampoco los especialistas y estudiantes universitarios latinoamericanos
y caribeños desearían seguir la suerte de sus colegas cubanos, que mal
retribuidos y sin reconocimiento social, en gran cantidad prefieran
servir como maleteros, mozos de limpieza, choferes y camareros en los
hoteles para obtener las ansiadas divisas, descalificándose como
profesionales y con el sueño de abandonar masivamente el paraíso
totalitario, si recibieran el permiso de salida, conocido como "la
tarjeta blanca".

Pudieran alegarse la gratuidad en la salud pública y la educación que
tenemos los cubanos. Pero como muy bien explicó la Dra. Bárcena en una
entrevista a la TV nacional, los gastos sociales necesitan una
sustentación económica. Esa es la razón por la cual en estos momentos
los avances logrados en esas esferas en Cuba retroceden, y ante la
incapacidad de financiarlos se realizan drásticos cortes en las
asignaciones presupuestarias. Debe recordarse que de acuerdo con el
Informe de Desarrollo Humano 2011, por su Ingreso Nacional Bruto per
cápita se ubica a Cuba en el lugar 26 en América Latina y el Caribe, con
una tendencia a continuar bajando. Por cierto, en el acápite del PIB, el
IDH-2011 no brinda información sobre Cuba ¿Será por falta de credibilidad?

Por otra parte, el Gobierno ha informado tasas de inflación ridículas de
menos del 2 % en los años recientes, cuando se ha incrementado los
precios del combustible, la comida, la electricidad, el transporte en
porcentajes que por lo regular han superado los dos dígitos. Solo en
2011, los productos agropecuarios vendidos en los Mercados de Oferta y
Demanda y los Mercados Agropecuarios Estatales aumentaron en un 19,8 %
(24,1 % los productos agrícolas y los cárnicos 8,7 %) con respecto al
año precedente.

En Cuba se ha logrado la igualdad en la miseria y la menesterosidad para
la mayoría de la población, con la existencia de un grupo que ha
disfrutado durante decenios de "las mieles del poder" con sus
privilegios: excelentes oportunidades de trabajo, automóviles, buenas
casas, posibilidad de viajar al exterior, vacaciones en lugares
especiales, y otros, o sea, convertidos en "ciudadanos más iguales que
los demás". Difícilmente este sea el destino apetecido por nuestros
hermanos de América Latina y el Caribe.

[1] Respuesta a una pregunta de Jeffery Goldberg, periodista
norteamericano, septiembre de 2010.

http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/alicia-en-el-pais-de-las-maravillas-273987

No hay comentarios:

Publicar un comentario