sábado, 4 de febrero de 2012

Ay mama Inés, ¿donde compramos café?

Ay mama Inés, ¿donde compramos café?
Lunes, 09 de Enero de 2012 00:50
Jorge Luis González Suárez

Centro historico, La HabanaPlaza. La Habana (PD) El néctar negro de los dioses blancos, según frase popular, es una de nuestras bebidas indiscutidas. El pequeño sorbo de café mañanero es parte de una tradición de ricos y pobres en Cuba y en muchas partes del mundo. Pero los cubanos en estos momentos carecemos muchas veces de ese placer porque está racionado y lo que nos venden por la libreta de abastecimiento es algo indigerible.
A principios del siglo XIX, la revolución de Haití trajo a la región oriental de nuestro territorio a los colonos franceses que lograron huir de ese acontecimiento. Al establecerse en las montañas orientales crearon plantaciones cafetaleras que originaron la propagación del cultivo y el gusto por tomarlo.
Dos siglos han fomentado la costumbre de beber una o más tazas de café al día. Muchas personas prefieren no tener otras cosas antes que prescindir de él. Sin embargo, su escasez y costo tan elevado no permite poseerlo siempre. El hábito de brindar a las visitas con un "buchito de café" no siempre se puede mantener, porque no hemos perdido la cortesía, sino el café.
La limitación comenzó hace bastante tiempo, justo con el inicio de nuestra "libreta de abastecimiento". Primero daban un sobre de 4 gramos por persona una vez al mes. Continuó por un largo tiempo con una variedad de café mezclado con chícharos, donde había más de lo segundo que de lo primero, al precio subsidiado de 12 centavos cada paquete. El retorno al café puro -o casi puro- volvió cuando el Comandante en Jefe dijo en uno de sus discursos que la producción cafetalera daba para entregar una cuota igual a la inicial, pero al precio de 5 pesos en moneda nacional. Esto duró hasta hace un año, cuando el actual máximo dirigente, Raúl Castro, explicó que la subida internacional del precio del café obligaba a volver a la mixtura, esta vez al valor de 4 pesos.
Las vías para obtener un extra van desde comprarlo al que no lo toma hasta comprarlo en el mercado negro, donde su precio oscila entre 10 y 15 pesos, según su abundancia o escasez. La otra modalidad es adquirirlo en divisa. Un cuarto de libra cuesta $ 3.45 cuc. Esta cifra equivale a $86.25 en moneda nacional, o lo que es igual, a un tercio del salario mensual promedio de un obrero.
La historia no para aquí. Las shoppings (tiendas en divisa) tampoco ahora tienen café. Ha desaparecido como por arte de magia. Para encontrar un paquete hay que rogar a la "Milagrosa".
El insigne historiador Eusebio Leal, que sabe cómo sacarle punta hasta a un clavo, tiene un tostadero en la Habana Vieja donde el café se comercializa a la antigua forma. Allí se muele y envasa al momento, frente a sus ojos, pero le cuesta, aparte del dinero, hacer una buena cola de dos horas para comprar el producto.
Hace poco, el ameno programa televisivo "Pasaje a lo desconocido" que conduce Reinaldo Taladrid, abordó el tema del café. Participó como invitado el doctor Ricardo González, jefe del departamento de adicciones del Hospital Psiquiátrico de La Habana, quien explicó los efectos dañinos del café cuando se consumen más de dos tazas diarias.
Resulta significativa esta trasmisión en instantes donde la falta de esta mercancía tiene proporciones alarmantes.
La popular canción "Ay mama Inés", de la cual el genial Bola de Nieve hacía una interpretación magistral, va a tener que cambiar su estribillo. Podremos cantarla ahora con la siguiente letra: "Ay, mamá Inés, aquí en La Habana no toman café".
¿Cómo conseguirlo? Trate de averiguar y si halla el codiciado producto avísele a sus vecinos, se lo van a agradecer muchísimo.

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http://primaveradigital.org/primavera/sociedad/sociedad/3079-ay-mama-ines-idonde-compramos-cafe

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