sábado, 4 de febrero de 2012

Pobre súper ministro

Pobre súper ministro
Rogelio Fabio Hurtado

Marianao, La Habana (PD) Como ya se ha vuelto habitual, en la última sesión de la Asamblea Nacional, Marino Murilo disertó sin interrupciones ni aplausos a propósito de su especialidad: la aplicación de los Lineamientos, sus etapas y sus ritmos.
Lee rápidamente un extenso informe, redactado con relativa claridad, como para facilitar su comprensión más allá de los especialistas, a quienes da la impresión de no apreciar demasiado.

De más está decir que se ha metido en una camisa de más de once varas al encargarse de coordinar la peculiar reforma, sin lastimar al máximo responsable del calamitoso estado de cosas presente. Cuando se refiere, por ejemplo, al enredillo de los viejos decretos-leyes, se ocupa de aclarar que se conservará lo esencial de estos, aunque no precisa nada detalladamente. Al parecer, la ilimitada extensión de sus tareas lo excusa de esto.

Constantemente afirma que sólo están comenzando los cambios y que será imposible hacerlos de la noche a la mañana. Veo en esto una evidencia de que el espíritu de la renovación es la prudencia, al revés de lo sucedido durante la etapa revolucionaria inspirada por el hermano mayor, cuando la improvisación emergente y la premura eran el sello distintivo. Entonces, el interés principal era destruir lo más pronto posible el orden vigente. Ahora quieren conservar a toda costa el poder político, el mismo poder que han dilapidado a lo largo de décadas.

Confirmada la ruina del megaproyecto, han optado por un capitalismo bonsái, cuyas riendas mantienen aferradas, a cuyos protagonistas empiezan a exprimirlos por todas las vías imaginables, incluida la de hacerles pagar las cuotas de un sindicato que nunca les servirá de nada.

El Estado hace dejación de la administración de todos los pequeños sectores que no le reportan sino pérdidas para obtener a cambio cantidades incalculables de dinero limpio sin inversión alguna por su parte.

Se anuncia a toda plana que los técnicos y otros humildes oficios pasarán a la modalidad del cuentapropismo, pero ni una palabra respecto al mercado mayorista, donde estos podrán adquirir materiales y herramientas para su trabajo.

Da la impresión de que empezamos a reconstruir el feudalismo, con los ilustres hijos de Birán como los señores del castillo, a quienes la nueva burguesía plebeya debe obediencia y pleitesía.

Quienes ya teníamos uso de razón en 1968, sabemos que entonces a esos negocios se les llamó chinchales y a sus dueños, explotadores del pueblo trabajador. El Estado socialista todo poderoso garantizaría esos servicios a bajo costo. El hombre nuevo no participaría jamás en esos trapicheos indignos. Aquí no íbamos a levantarle un altar al Dios Dinero: ahora le abren una ONAT en cada municipio.

Respecto a Marino Murillo, no es el primer hombre-orquesta que contratan los dueños de la finca. En los 60, estrenó el rol el difunto José LLanusa Gobel, quien desempeñó simultáneamente los cargos de ministro de Educación, director del INDER y del INIT, además, sus madrugadas libres las consagraba a la política, como primer secretario del PCC en la capital. Cuando los Diez Millones no fueron, le tocó perderse en la oscuridad por muchos años. Sólo al final de su vida, enflaquecido y encanecido, permitieron que se le recordara como primer presidente del INDER. Más cercano a la actualidad, tenemos el caso del Dr. Carlos Lage, a quien se le consideraba el Zar de la economía durante los duros años del Periodo Especial. Demasiado intelectual y demasiado civil para gozar del favor del general heredero, no sólo ha sido sepultado sino también víctima de una campaña de descrédito ante los trabajadores, quienes le atribuyen culpas ajenas.

Mírese en estos espejos el flamante súper ministro y procure ir haciendo sus ahorritos disimuladamente, pues es costumbre de los nobles señores de Birán echar por la borda a sus timoneles cuando arrecia el temporal. Sobre todo, mucho cuidado con sorber las envenenadas mieles del poder. Por lo demás, ojalá que la suerte lo acompañe.

ruhr46@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/3082-pobre-super-ministro

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