jueves, 17 de mayo de 2012

En Cuba: los Rusos vs. los Chinos

En Cuba: los Rusos vs. los Chinos
mayo 16, 2012
Por Amrit

La Reina en el término de su reinado.

HAVANA TIMES — Una frase popular dice que sólo se valora lo que se ha
perdido. Triste sentencia, ¿no? Pero como yo intento ser justa, siempre
añado que la memoria también se construye, y bajo el prisma de la
nostalgia se adulteran bastante los recuerdos.

Sin embargo, una serie de impresiones recientes amenazan con reivindicar
esta frase fatal… Sí, debo confesar que ahora que parece bendecirnos la
marea tecnológica china, ¡empiezo a extrañar los tiempos en que las
oleadas provenían de la Unión Soviética, con aquellos equipos que en
nuestra ingratitud llamabamos sarcasticamente "bolos"!

La primera razón yace en un rincón de mi cuarto: una olla eléctrica
china, "la Reina," que costó 64 CUC y sólo funcionó bien el tiempo justo
para consumir el período de garantía. De repente empezó a producir un
sonido que me aterraba (y a mis pobres gatos que corrían espantados):
parecía un cohete a punto de salir despedido al espacio.

Deduje que era por la junta, reblandecida, que no retenía bien la
presión. Al no hallar otra de su diámetro decidí usarla sin presión.
Pero entonces dejó de encender.

Esta vez recurrí a un mecánico, quien me explicó que la causa era un
fusible, al parecer irremplazable. La puso a funcionar directamente de
la corriente, y me advirtió que le quedaba muy poco tiempo de vida.

-¡Pero si es nueva! –protesté desconcertada.

Y él me mostró su interior, el universo de dispositivos y cables del que
no entiendo nada: todas las piezas de metal estaban oxidadas, corroídas
por el salitre que trae el aire del mar, visible a lo lejos, desde mis
ventanas.

Como la balaustrada del balcón, las rejas y la bicicleta sufren los
estragos del salitre, su argumento me pareció razonable. Notando mi
doble decepción, el buen hombre intentó consolarme:

"Todas salen malísimas", dijo. "Es la peor inversión que ha hecho el
estado."

¿Cómo no sobrecogerme pensando, por extensión, en el "intercambio"
masivo de refrigeradores, que ya hay gente maldiciendo entre dientes?

También yo, por no tener dinero suficiente para comprar uno de la
shopping, opté por un refrigerador chino, "por la izquierda," pero
absolutamente nuevo, blanco, impoluto.

Ya la junta de la puerta se despegó, no hermetiza y las consecuencias
son un amontonamiento diario de agua en el fondo y una cifra mas alta en
la cuenta mensual de la electricidad.

No obstante, esto no es para mí lo más grave. Mi conflicto diario con
los chinos es la radio que compré hace menos de seis meses. Una
maravilla para tiempos de ciclón porque tiene una batería recargable y
ademas se carga accionando una manigueta.

Pero en lo que llega el ciclón (¡y Dios quiera que tarde!), trato de
hacer que mi pequeño y precioso equipo cumpla la función que cumplieron
a cabalidad sus predecesores rusos: escuchar cada mañana el programa
"Música Antigua," que emite CMBF y escucho desde los años 80.

Es un día de verdadera suerte si capto bien la señal, no importa cuanto
ajuste el dial, despliegue la antena, alterne a FM o a AM, o haga que el
artefacto recorra todos los puntos cardinales de la casa.

Es entonces que tengo un rapto demoledor de nostalgia, me acuerdo de mi
radio Beff, del Selena, con los que escuchaba nítidamente no sólo CMBF,
la emisora de música clasica y mi preferida, sino una tal 560 WQAM, (una
emisora "enemiga") que sólo transmitía country music y era para mí una
delicia, también en los años 80…

Así que rezo de corazón porque se levanten de su tumba los muertos: mis
radios "bolos" desechados, aquellos ventiladores Órbita que resistían
golpes y caídas, las lavadoras Aurikas que todavía son la salvación de
muchas amas de casa, la camara Zénit gracias a la cual registré amores y
dichas que entonces ignoraba eran efímeras…

Tan efímeras como aquellas primeras muestras de confort, nuestros
criticados equipos rusos, toscos, "bolos," que hoy, (estoy segura), no
soy la única en extrañarlos.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=64129

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