lunes, 28 de mayo de 2012

Internet, ¿vale o no vale?

Sociedad civil

Internet, ¿vale o no vale?
Miriam Celaya
La Habana 28-05-2012 - 9:59 am.

¿Pueden las nuevas tecnologías ayudar a trazar una ruta y determinar
cambios democráticos en la Isla?

Por estos días un amigo me ha hecho llegar vía e-mail varios
interesantes artículos que, en general, giran en torno al tema del uso
de internet y su papel en los movimientos sociales. Comoquiera que dicho
tópico me interesa y me toca de muchas formas, he querido compartir con
los lectores algunas consideraciones.

Internet, los blogs, las redes sociales, el periodismo ciudadano, forman
parte de un fenómeno de estos tiempos en que el vuelo de las tecnologías
de la información y las comunicaciones invade cada aspecto de la vida
cotidiana, más directamente en los países con mayor acceso a éstas. A
tenor con los acontecimientos ocurridos en el norte de África durante la
llamada primavera árabe, no son pocos los que han magnificado la
importancia de los medios digitales como vehículo liberador en el
derrocamiento de regímenes dictatoriales. Tampoco han faltado los
detractores que aseguran el uso fraudulento de esos mismos medios por
parte de "intereses externos" y no como reflejo de las aspiraciones de
las multitudes implicadas, que determinaron que las rebeliones se
sucedieran como una epidemia. ¿Es internet o son las fuerzas cívicas
quienes desencadenan en la actualidad los procesos de cambios? ¿Son
ambas mutuamente excluyentes o se complementan? Es evidente que cuando
se trata de medir el impacto de algún factor en los procesos sociales
las opiniones suelen tocar extremos opuestos.

Ahora bien, en el caso de Cuba, país con un misérrimo nivel de
conectividad, ¿qué significado tienen las redes sociales, los blogs y el
uso de Internet, en general? Ninguno, y también mucho. ¿Pueden las
nuevas tecnologías ayudar a trazar una ruta y determinar cambios
democráticos en la Isla? No, y sí.

La contradicción es solo aparente. Con relación a la primera pregunta y
teniendo en cuenta el casi nulo nivel de acceso de la población cubana a
las redes, diríase que éstas tienen igual nulidad de cara a los cambios
que necesitamos promover en la Isla. Sin embargo, puede decirse que la
relevancia del surgimiento de la blogósfera alternativa y la súbita
proliferación de redes sociales, pese a las dificultades de conexión y
al retraso tecnológico —incluyendo los escasos servicios de la primitiva
telefonía móvil— constituyen prácticamente el único desafío posible al
monopolio de la prensa y de los medios de información y difusión por
parte del gobierno. La carencia de libertad de prensa y de expresión,
así como de asociacionismo, ha dado lugar a la concurrencia de expresión
de pensamiento independiente online con relativo éxito. Más aún, esos
espacios de libertad online (indirecta, impersonal, o como se le quiera
llamar) han sido el antecedente de otros tipos de encuentros que se
están tornando permanentes: los vínculos personales y directos entre
diferentes actores y grupos de la sociedad civil independiente que están
creando burbujas de democracia en medio de una sociedad asfixiada por la
apatía que se deriva de la acumulación de carencias y frustraciones.
Justamente en la contradicción entre la baja conectividad que tenemos y
el interés creciente que concita el conocimiento y uso de las redes está
la muestra de su importancia.

Esto nos enfoca sobre la segunda pregunta. Está claro que la internet
pone en nuestras manos una herramienta utilísima. Apenas un lustro atrás
la mayoría de los que hoy somos blogueros no imaginábamos siquiera el
nivel de respuesta que recibiríamos —no solo por parte de nuestros
lectores, sino también por parte de los celosos censores y los
represores del gobierno— como tampoco el compromiso que estábamos
asumiendo con la apertura de nuestras respectivas bitácoras. El
hostigamiento que sufren las redes y los blogs alternativos por parte de
las autoridades y el hecho de que el gobierno haya dispuesto la creación
de una blogósfera oficialista con la expresa misión de contrarrestar los
efectos de los blogueros independientes demuestra que el uso de internet
no resulta tan inocuo para la dictadura. Por otra parte, las redes nos
han permitido en muy poco tiempo establecer lazos y tender puentes con
cubanos en todas partes, acercarnos venciendo las desconfianzas mutuas,
prescindir de interlocutores y de autoridades, y encontrarnos por
nosotros mismos, condición previa y necesaria para la reconstrucción de
la sociedad civil prácticamente desaparecida por décadas de
totalitarismo. La voluntad de cambios en algunos sectores sociales solo
se hizo claramente visible gracias al uso de internet.

No obstante, el uso de las nuevas tecnologías de la informática y las
comunicaciones no implica por sí solo la clave del éxito en la búsqueda
de la democracia. La herramienta no puede sustituir la voluntad humana y
en ningún caso su uso significa para los cubanos de la Isla un fin, sino
apenas un medio para acceder en un futuro indefinido al ejercicio de las
libertades plenas.

Las redes no serán capaces de movilizar allí donde no exista la
determinación de hacer los cambios, por eso el uso de la internet y de
las redes sociales no es condición suficiente para lograr la democracia,
lo cual no resta importancia a su uso como herramienta democratizadora.
Contar con mayor acceso no constituiría una solución definitiva pero sí
un camino para buscar esas soluciones que pasan por la necesidad de
potenciar la información entre los cubanos; propiciar los encuentros, el
intercambio de ideas y de opiniones y fomentar algo que sin dudas ha
permitido a un creciente número de librepensadores rebasar los límites
virtuales trazados por los bytes y encontrarnos frente a frente
debatiendo nuestras propuestas y fortaleciendo nuestras esperanzas.
Hemos comenzado a saltar de las redes y hemos seguido creciendo dentro y
fuera de ellas.

Quizás esto supone para nosotros una fase necesaria: utilizar las redes
no solo como herramienta de información y libre flujo de ideas, sino
para reproducir la esperanza. Y también por eso internet y las redes son
posiblemente lo más subversivo que ha estado ocurriendo en Cuba en los
últimos tiempos. Nada tan peligroso para una dictadura decrépita como la
esperanza renacida en un pueblo zombi. Cierto que la libertad no
retornará a la Isla exclusivamente de la mano de internet, pero sin
dudas ya no se podrá hablar en lo adelante de transición democrática sin
mencionar el papel jugado por el periodismo digital independiente, por
los blogs y por las redes sociales.

http://www.diariodecuba.com/opinion/11275-internet-vale-o-no-vale

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