sábado, 12 de mayo de 2012

Trabajadores desamparados

Trabajadores desamparados
[11-05-2012]
Aimée Cabrera
Corresponsal de Misceláneas de Cuba

(www.miscelaneasdecuba.net).- "Los paran los inspectores, les tiran los
carros o las motos, no se pueden parar mucho rato en un lugar, la gente
los critica porque venden caro, es mejor buscarse otro trabajo"- expresa
un vendedor de periódicos y revistas autorizado.

El miércoles 2 de mayo, el policlínico de la Calle 30 en Alturas de
Miramar, municipio Playa se convirtió en una sala de emergencias, cuando
alrededor de las 9 de la mañana, llegaron 2 heridos graves: una mujer y
un hombre, ambos jóvenes, seguidos por vecinos de la institución médica.

Todos los médicos y enfermeros fueron a auxiliar a los heridos. Se oía
la voz de una persona solicitando ambulancias. "A esos muchachos los
conocía de vista, ellos son carretilleros (vendedores de viandas y
legumbres ambulantes), da pena que estén así tan mal"- dijo un hombre
que trató de calmar a un familiar del joven que solo atinaba a gritar.

A unas cuadras del policlínico, y unos minutos antes en la Avenida 31,
otro cuentapropista el chofer de un viejo auto Pontiac con su pegatina
de taxi, fue el autor del hecho. "No se ve mala persona"-expresaba una
mujer describiendo al joven taxista, bien vestido pero ensangrentado al
prestar ayuda a la pareja de carretilleros.

No se sabía de quien era la culpa; aunque quienes conocen a los
vendedores afirmaban que el chofer iba a exceso de velocidad y no tuvo
tiempo de frenar atropellándolos. Tanto en la céntrica Avenida como en
el policlínico no había un agente de la policía que ayudara a esclarecer
los hechos.

El martes 8 de mayo, un carretillero estaba rodeado por 3 inspectores,
dos mujeres y un hombre, en la Calle San Lázaro, en el municipio Centro
Habana, el inspector informaba sobre el carretillero, que tenía el
rostro asustado y manoseaba las habichuelas que tenía en su carretilla,
y recibía órdenes a través de un móvil.

Los transeúntes miraban con desprecio el hostigamiento, y los vendedores
habituales de la zona se retiraron. Era el mediodía. "A eso de las doce
ellos (los inspectores) caen por aquí todos los días, a poner multas, a
tratar al carretillero en mala forma"- explica un cuentapropista que se
desempeña también en este oficio pero que, alrededor de esa hora,
prefiere irse para su casa y evitar el encuentro con los inspectores.

El gobierno, junto al órgano oficial de los trabajadores (CTC) expone
flexibilidades y acercamientos que no siempre son reales y exitosos para
ambas partes. Por una parte, le exige a los inspectores, no que hagan
una labor preventiva, sino que los obligan a presentar una cifra de
multas impuestas, como constancia de que han trabajado.

Por otra parte, hace llamamientos paternalistas para que los
trabajadores por cuenta propia se afilien a los distintos sindicatos
reconocidos por el Estado. Sin embargo, ante cualquier situación
imprevista, como las expuestas estos trabajadores están, en realidad,
desamparados.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=35965

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